Este estudio (01) de casos (personas con cáncer)  y de controles (personas sin cáncer), comparó la dieta de ambos grupos con el propósito de examinar la posible relación entre el consumo del colesterol dietético y los riesgos elevados de diferentes tipos de cánceres.

Y a través de encuestas nutricionales y análisis de sangre, se pudo encontrar una asociación significativa entre el consumo alto del colesterol dietético, con los riesgos elevados de  diferentes tipos de cánceres (de estómago, de colon, de recto, de de páncreas, de pulmón, de mama -principalmente posmenopáusico-, de riñón y de vejiga).

Mientras que en este otro estudio (02) de casos y de controles, se pudo observar una asociación muy fuerte entre el consumo elevado del colesterol dietético y de grasas saturadas, con el aumento de más del 100% de  riesgos de cáncer de intestino y gástrico.

Bueno, los autores de este estudio (01) explicaron que los niveles elevados del colesterol LDL (mal conocido como el colesterol malo) en el cuerpo, pueden llegar elevar los niveles de inflamación (citocinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral-a y la interleucina-6). Lo cual, podría dañar el ADN celular y hacer que las células estén más propensas a transformarse a células cancerosas. 

Mientras que otros autores, indicaron que las grasas saturadas y el hierro hemo también podrían ser otro factor importante en el desarrollo de dichas patologías.

Por lo que los autores del estudio (01) terminaron concluyendo:

Nuestros hallazgos añaden pruebas de que una dieta baja en colesterol dietético, no solo puede ayudar a reducir las enfermedades cardiovasculares, sino que también los riesgos de diferentes tipos de cánceres.

Por lo que reducir la ingesta de los alimentos de origen animal (huevos, lácteos y carnes) , sería una medida de salud pública favorable para la prevención del cáncer